Dama de la Guadaña
- Lunethe Sylva

- hace 7 días
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Actualizado: hace 3 días

En lo profundo del bosque, donde la luz apenas roza la tierra y el tiempo se curva entre raíces antiguas, hay quienes susurran sobre una figura velada, envuelta en sombras y silencio.
No es la muerte, aunque camina a su lado. No es la noche, aunque en ella florece.
Es,... La Dueña de la Guadaña.
Dicen, que no nació, sino que fue llamada. Forjada del suspiro de las hojas secas y del crujido de las ramas. Su andar no deja huella, pero su presencia cala hondo, como un presagio en el pecho. Es guardiana del umbral, vigía de lo que muere y lo que nace, tejedora del ciclo eterno.
La dueña de la guadaña no llega con estruendo ni amenaza. Se desliza, más que camina, como si su cuerpo perteneciera a otro reino. Lleva una capa oscura, tejida con la penumbra de mil crepúsculos. Su rostro está oculto, no por timidez, sino por compasión: quien la mira a los ojos, dicen, ve reflejado aquello que más teme... y también aquello que más desea dejar ir.
No es la muerte, aunque algunos la confunden con ella.
La muerte pone fin, en cambio ella, Transforma.
Hay quienes la invocan, en secreto, desde lo más hondo del corazón. No con palabras, sino con heridas. Con esa sensación de haber crecido demasiado para la piel que habitan. Con el anhelo de renacer sin saber como morir del todo.
Y entonces llega ella.
No para arrancarte lo que amas.
Sino para llevarse lo que ya no eres.
Y dejar en tu pecho el eco de una nueva semilla.
Así que si alguna noche sientes un crujido tras de ti, un escalofrío suave como el roce de una pluma, no le temas, viajera del claro. Ella no viene a quitarte, sino a devolverte. A liberarte de las pieles muertas que arrastras sin saberlo.
Y si alguna noche la ves al borde del sendero, con los ojos como lunas nuevas y el filo al hombro, no le corras.
Inclínate.
Agradece.
Porque donde pisa la dueña de la guadaña siempre brota algo nuevo.
Con cariño…
✨Lunethe Sylva✨



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